martes, 19 de mayo de 2009

DERECHO DE PALABRA EN EL CABILDO METROPOLITANO







Concejal Máximo Sánchez Presidente del Cabildo Metropolitano de Caracas.


Concejal Gladys Castillo Presidente de la Comisión de Obras y Servicios del Cabildo Metropolitano de Caracas.

Demás Concejalas y Concejales Metropolitanos.

Ciudadanas y ciudadanos presentes:

Como presidente de la asociación civil Catia Somos Todos, me ha tocado la honrosa responsabilidad de ser uno de los dos voceros que en representación de un número importante de ONG y asociaciones civiles de la parroquia Sucre (CATIA), solicitamos un derecho de palabra al ilustrísimo Cabildo Metropolitano de Caracas, a través de la Concejala Metropolitana Gladys Castillo, a los fines de fijar nuestra posición sobre la elevación de la Parroquia Sucre (Catia) del Municipio Libertador del Distrito Capital a la categoría de Municipio.

En tal sentido, luego de agradecerles esta oportunidad y la voluntad por ustedes evidenciada de escuchar al pueblo en la expresión de sus inquietudes y esperanzas y que se plasma en la propia realización de este acto, quiero expresar a ustedes, ciudadanos Concejales Metropolitanos, lo siguiente:

Son muchas las batallas que hemos dado los Catienses por las reivindicaciones y conquistas de espacios en favor de nuestras comunidades, entre las cuales podemos destacar las emprendidas para la construcción del Parque del Oeste, la eliminación del Retén de Catia, la clausura del basurero de Ojo de Agua, la universidad del Oeste, entre otras.

Hoy, al igual que ayer, la comunidad Catiense se pone de pie, dejando a un lado los colores y matices políticos que nos diferencian ideológicamente, para luchar unidos por una vieja aspiración que tiene varias décadas en la mente y el corazón de cada uno de sus habitantes, que representa desde hace ya largo tiempo un sentimiento colectivo. Esa aspiración y anhelo se llama: ¡¡CATIA MUNICIPIO!!

Tantos años de gestiones infructuosas sobre algo que salta a la vista que es justo, legítimo, legal, pertinente y conveniente, tanto para nosotros los catienses como para el resto de los habitantes del hoy llamado Municipio Bolivariano Libertador del Distrito Capital, no podemos menos que hacernos públicamente las siguientes preguntas:

¿Será que, entonces, para quienes en el pasado y en el presente han tenido y tienen la facultad de decidir al respecto no merece Catia ser Municipio? ¿Es que piensan que esa noble comunidad tiene una suerte de estigma que no puede regir por sí misma su propio destino? ¿Hay, acaso, algún tipo de discriminación en este tema frente al aguerrido pueblo de Catia?

La Parroquia Sucre, ciudadanos Concejales Metropolitanos, tiene una población mayor que la que tienen respectivamente Amazonas, Cojedes, Delta Amacuro y Vargas. Pero, además, si se agrupan las poblaciones de Amazonas y Delta Amacuro no llegan ni a la mitad de la población de Catia y si a ellas se suma Cojedes, apenas logran igualarse las cuentas.

Más allá de lo evidente que resulta la identificación de una población que representa una gran importancia para el país desde el punto de vista de su volumen, lo que se quiere destacar es que: cada uno de esos estados tiene un Gobernador, un Consejo Legislativo Estadal, unas Alcaldías y unos Concejos Municipales dedicados exclusivamente a atender sus poblaciones respectivas y a resolver sus problemas.

En el caso de la población Catiense, como Uds. saben, no es así.

Independientemente de la capacidad personal de quien funja como Alcalde del Municipio Libertador del Distrito Capital, en cualquier época pasada, presente o futura, lo cierto es que la atención que se le brinda a nuestra comunidad hay que compartirla con las otras veintiuna parroquias que forman parte de la Entidad Local.

Resulta evidente, entonces, que la solución de nuestros problemas mejoraría notablemente si logramos ajustar su enfoque para que sean atendidos por recursos humanos y financieros dedicados a ello con la prioridad y atención que los catienses nos merecemos.

Así también, las otras parroquias que conforman al Municipio Libertador, tendrán una atención más dedicada por parte de los órganos municipales hoy existentes, una vez que Catia se encargue de sus propios asuntos.

Por lo tanto, esta bandera, este anhelo de la comunidad de Catia, en realidad plantea una estrategia de desarrollo y progreso generalizado para todo el Municipio Libertador dentro de una orientación “Ganar-Ganar”. Todos sin excepción resultaríamos beneficiados en gobernabilidad; en diseño y ejecución de políticas públicas, en acercamiento de las decisiones públicas al ciudadano y en administración de los recursos existentes, una vez que Catia sea declarado Municipio.

Incluso, por sus características especiales, la experiencia de Catia puede servir de modelaje, de escenario piloto, para la planificación del desarrollo urbano en el ámbito del hoy Municipio Libertador del Distrito Capital, siendo luego sumadas a la experiencia nuevas demarcaciones de entre las Parroquias que actualmente lo conforman, mediante la creación de nuevos Municipios que acerquen el Poder Público al ciudadano.

Como se observa fácilmente, entonces, la iniciativa de la cual hoy tengo el honor de hablarles, Honorables Concejales Metropolitanos, significa un avance en la meta que todos debemos tener de mejorar la prestación de servicios públicos a la comunidad y de dignificar la vida de todos los vecinos, mediante la atención directa de sus necesidades.

Ahora bien, desde el punto de vista jurídico ¿Cuales son los requisitos para ser municipio?

Según el Artículo 10 de La Ley Orgánica del Poder Público Municipal deben concurrir las siguientes condiciones para la creación de nuevos municipios:

1. Una población estable asentada en un territorio determinado, con vínculos de vecindad permanente.

2. Un centro poblado no menor a la media poblacional de los municipios preexistentes en el estado, excluidos los dos de mayor población…. En caso de no existir otro Municipio en esa Entidad para hacer comparación, se requerirá de una población no menor de diez mil habitantes.

3. Capacidad para generar recursos propios suficientes para atender los gastos de gobierno y administración general, y proveer la prestación de los servicios mínimos obligatorios…

¿Catia cumple con todos estos requisitos?

¡SI!... Los cumple con creces, la parroquia Sucre (CATIA) tiene:

1. Un territorio bien definido, con vínculos de vecindad permanente, desde el año 1937. Pero, además de eso, se trata de una población con vínculos y especificidad cultural, con tradiciones e historia común que definen a un gentilicio. Aún cuando formalmente no existe -aún- en la división político territorial del país una jurisdicción o demarcación territorial con el nombre de Catia a secas (sólo existe “Catia La Mar” en el Estado Vargas), pregúntele a cualquiera que viva o haya nacido allí si es “catiense”. Todos sabemos que la respuesta será afirmativa.

2. La Parroquia Sucre (CATIA) tiene un centro poblado, según el Instituto Nacional de Estadísticas (I.N.E.), de 396.919 habitantes, si le sumamos los 84,811 habitantes del 23 de enero, eso suma la cantidad de 481.730 habitantes. Según el Consejo Nacional Electoral (C.N.E.) la parroquia Sucre (CATIA) tiene 275.626 electores inscritos en el Registro Electoral Permanente (R.E.P), si se le suma los 68.659 electores que tiene el 23 de enero haríamos un total de 344.285 electores entre las dos parroquias.

3. La parroquia Sucre (CATIA), tiene la capacidad de generar recursos propios, ya que cuenta con varias zonas industriales, existen más de 40 sucursales de entidades financieras, un comercio pujante, además de contar con mercados, Centros Comerciales e infinidad de fabricas, entre las que destacan las de productos alimenticios, las de plástico, las textileras y por ultimo las de calzado, donde destacan marcas de exportación tales como Laura, Teramano y Christian Dior.

¿Qué ganamos los Catiense con ser un municipio?

En el ejercicio de su autonomía corresponderá al Municipio Catia:

Elegir sus autoridades. (Alcalde, Concejales y Miembros de la Juntas Parroquiales).

Crear parroquias y otras entidades locales.

Generar una política eficiente de recaudación de impuestos municipales, que permita afianzar una gestión municipal, con miras a que dichos tributos se vean reflejado en la mejoría de la calidad de vida del Catiense.

Desarrollar, con los recursos de que se dispongan, políticas, planes y proyectos de rescate de la infraestructura (vialidad, transporte, instalaciones deportivas, recreativas, embaulamiento y limpieza de quebradas, de salud y educativas),así como también la creación de programas sociales que mejoren la calidad de vida del Catiense.

Construir el marco jurídico del Municipio, con la aprobación de las Ordenanzas Municipales en materia tributaria y presupuestaria, a los fines de optimizar la orientación y distribución de los ingresos en procura de solucionar los problemas prioritarios del naciente municipio; además de aquellas que regulen y reglamenten el transito automotor, la economía informal, las que garanticen la seguridad personal y la de los bienes, la paz y convivencia ciudadana, entre otras.

Por último y esto es lo mas importante, todo lo anterior se llevará a cabo con el concurso de los Consejos Comunales y otras formas de participación popular, previa presentación de los proyectos que tengan a bien presentar ante los organismos competentes.

En este punto quiero leer unos párrafos de un artículo publicado en la Pagina Web:
http://www.aporrea.org/, de fecha de publicación: 01/02/06. Escrito por: Rafael Hernández Bolívar, de la Asociación Civil Catia Rebelde el primer párrafo expresa claramente el porqué queremos ser Municipio, en los párrafos noveno, décimo y décimo primero establece porque no se ha podido.

Cito:

“Cada cierto tiempo los catienses retoman la idea de hacer de Catia un municipio. La motivación arranca de dos premisas básicas: 1) Catia constituye una unidad geográfica, social, cultural y humana de gran importancia y 2) Catia está abandonada de todos: Sus problemas no son asumidos por nadie.

Miopías, mezquindades y pequeñeces

La posición de las fuerzas del cambio a propósito del planteamiento de hacer de Catia un municipio no ha sido coincidente. Han privado más cuentas pequeñas e inmediatistas sobre la preservación de zonas de influencias antes que las necesidades y prioridades de este importante sector de nuestra ciudad capital, antes que la urgencia de asumir racionalmente la organización de los recursos y la atención y la participación de los ciudadanos.

Se decía que una iniciativa de este tipo debilitaba la autoridad del Alcalde de Caracas. O bien que siendo el chavismo mayoritario en los sectores populares -y Catia, El 23 de Enero y El Junquito constituyen baluartes fundamentales de las fuerzas del cambio-, al separarlas del Municipio Libertador cobraban mayor influencia parroquias de menor peso chavista como San Bernardino, La Candelaria, San Pedro, El Paraíso, El Recreo y Catedral. Todo ello ajeno a los intereses de los catienses.

Otros argumentos apuntan contra el burocratismo y a la ausencia de significativos ingresos propios en el eventual municipio. Lo primero confunde la necesaria organización que asuma y resuelva los problemas de la comunidad con estructuras sin función ni capacidad para resolver esos mismos problemas. Lo que está planteado es que la actual burocracia no resuelve ni está en capacidad de afrontar una realidad urbana compleja como Catia y si se quiere asumir con seriedad la organización de los recursos y servicios es necesario crear nuevas estructuras que lo hagan posible.” Fin de la Cita.

Este es el momento, pues, para que los ciudadanos de Catia asumamos directamente la conducción de nuestros asuntos municipales.

El proyecto de Catia Municipio será el ejemplo que los catienses le daremos al país, demostrando que podemos trabajar unidos a favor de un colectivo, buscando las coincidencias y respetando nuestras diferencias.

Este es y será nuestro compromiso, construir puentes que permitan crear espacios para el dialogo constructivo; todos debemos favorecer y promover el diseño y ejecución de políticas publicas que contribuyan a elevar la calidad de vida de la población catiense. Y a todos convocamos sin distingo para acometer esta tarea.

Finalmente, ciudadanos Concejales Metropolitanos y, permítanme dirigirme también a nuestra gente: finalmente, pueblo de Caracas, pueblo de Chacao y pueblo de Catia, desde este recinto y esta tierra que con el trabajo de su gente y de sus autoridades también una vez lucharon y consiguieron ser Municipio al separarse del antiguo Municipio Sucre del Estado Miranda y que, además, lleva el nombre del Gran Cacique Chacao, conocido tanto por su fortaleza y valentía como por su bondad, justicia y generosidad; y donde, por tanto, nos sentimos interpretados, legitimados y comprendidos en nuestra propia lucha de hoy, esta vez bajo el auspicio del nombre del Gran Cacique Catia, tutor y maestro de guerreros y caciques, es menester repetirnos la pregunta crucial que ya hiciéramos al principio de nuestra intervención: ¿NO merecemos los catienses regirnos nosotros mismos en nuestro propio Municipio?

La respuesta la sabemos todos los integrantes de esa grande, especial, multifacética e importante comunidad caraqueña y se resume en una sola consigna, que debemos aupar y promover todos los catienses y que los llamamos también a ustedes a que la asuman como propia:

¡CATIA MUNICIPIO!

Muchas Gracias.

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